martes, 4 de septiembre de 2012

Vinculan luz eléctrica con epidemia de obesidad

La luz eléctrica permite desde hace ya bastante tiempo trabajar, descansar y realizar otras actividades a cualquier hora, desligándose así de la alternancia natural de la noche y el día. Pero cuando Thomas Edison patentó la primera bombilla en 1879 seguramente no podía anticipar que un día su invento impulsaría una epidemia mundial de obesidad.
 Eso es lo que sugiere un estudio realizado por Cathy Wyse, de la Universidad de Aberdeen (Reino Unido), y publicado en la revista BioEssays.

Nuestro ciclo diario de sueño y vigilia está controlado por un reloj molecular que se encuentra presente en todas las células del cuerpo humano. Posee su propio ritmo sistemático de casi veinticuatro horas exactas que le permite mantenerse ajustado con precisión al ciclo diario establecido por la rotación terrestre. 
Sin embargo, en el mundo moderno el reloj biológico humano a duras penas puede permanecer en sintonía con el ciclo rotacional de la Tierra por la exposición a la luz artificial y los irregulares horarios de comidas, trabajo y sueño propios del mundo desarrollado. A este desequilibrio entre los ritmos circadianos naturales del organismo y el entorno los científicos lo han bautizado como «desincronía circadiana», y Wyse opina que es uno de los motivos del incremento de la población con sobrepeso. Su estudio ahonda en cómo esta desincronía afecta a la salud humana al alterar los sistemas del cerebro que regulan el metabolismo, de tal modo que aumentan las probabilidades de desarrollar obesidad y diabetes. 



Y no todos respondemos igual. El reloj biológico es controlado por nuestros genes, y el estudio sugiere que unas personas podrían ser más sensibles que otras a los efectos de la desincronía circadiana. Por ejemplo, los individuos originarios de regiones ecuatoriales podrían tener relojes biológicos muy regulares y, por ende, ser más vulnerables a los efectos de dicha desincronía, según sugiere Wyse.

Fuente.- muyinteresante.es

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